El orden mundial en el S.XXI. Economía. El poder de las
ciudades globales
EL
PODER DE LAS CIUDADES GLOBALES
JUAN PÉREZ VENTURA · 1 ENE, 2015
La organización de
la economía mundial tiene lugar en forma de una red global de nodos
estratégicos, conectados entre sí y formando un sistema planetario en el que
los flujos económicos y de información recorren miles de kilómetros en cuestión
de segundos. Estos nodos estratégicos son las ciudades globales, grandes
metrópolis de importancia mundial, y en las que tienen lugar los negocios, las
transacciones económicas, las decisiones políticas… etc.
El
concepto ciudad global lo introdujo la socióloga y
economista neerlandesa Saskia Sassen en 1991 con la publicación de su
libro The global city (Princeton
UniversityPress). En esta obra se presenta a las ciudades globales como
aquéllas que tienen un efecto directo en los asuntos mundiales, a través no
sólo de los aspectos socioeconómicos, sino también de la política o la cultura.
Son ciudades cuya influencia es global. En el libro de Sassen se considera que
París, Nueva York, Tokio y Londres son las ciudades que mejor representan las
características de una ciudad global.
Lo que se tiene en
cuenta para determinar a una ciudad global son otros factores que no tienen por
qué estar relacionados con el número de habitantes, como por ejemplo: cantidad
de sedes de grandes empresas, nivel de las universidades, cantidad y calidad de
las conexiones con otras ciudades, acceso y conectividad con los mercados,
cualificación de la mano de obra, porcentaje del PIB de la ciudad que procede
de los servicios y servicios avanzados… etc.
Pérdida
de poder de los Estados frente a las ciudades globales
Con la
proliferación y desarrollo de las ciudades globales y otros espacios como
las zonas económicas especiales se está dando un
proceso de pérdida de poder de los estados y los países. Estos nuevos espacios
centrales, impulsados por la globalización, son los que realmente importan para
la economía mundial y la toma de decisiones, así como para la producción
industrial y el desarrollo de tecnologías. Es decir, los países como entidad
política han perdido su poder frente a nuevos actores mundiales (ciudades
globales, empresas multinacionales, organizaciones internacionales…). La ciudad
de Nueva York tiene más poder y más relevancia a nivel global por sí sola que
países enteros como Paraguay, Sudán o Uzbekistán.
Según Saskia Sassen,
las redes transfronterizas que unen a las ciudades globales engendran nuevas
políticas regionales mundializadas, de forma que la política a nivel mundial
está concentrada, determinada y definida en estos nuevos “ejes de poder”, que
son las ciudades globales y los flujos que las unen.
Sassen pone
algunos ejemplos, como el eje Estambul-Ankara, que podría tener más importancia
a nivel global que la propia Turquía, o la tríada Sao Paulo-Rio de
Janeiro-Brasilia, que constituyen un importante espacio de flujos financieros,
económicos y políticos.
La creciente
importancia de las ciudades globales ha conducido a un momento actual, en el
que es más importante la relación entre Singapur y Hong-Kong que la que puedan
tener dos países como Italia y Austria, por ejemplo. De la misma forma, son más
importantes para el orden económico mundial los flujos financieros entre Berlín
y Frankfurt que los que pueda haber entre Alemania con cualquier otro país.
SaskiaSassen lo
dice tajantemente: “Lo que ha quedado claro en las últimas décadas con el
crecimiento de las ciudades globales es que nuestro futuro geopolítico no va a
estar determinado por el dúo EEUU-China, sino por veinte o más redes urbanas
estratégicas alrededor del mundo.” Esta realidad que nos va a tocar vivir es
tan novedosa como interesante, ya que la gobernanza mundial pasará de manos de
los Estados a las ciudades globales, las cuales, debido a esta transferencia de
poder, crecerán y se desarrollarán mucho más, hasta límites aún desconocidos.
Las preguntas que
nos quedan son, ¿podrán las ciudades acaparar todo ese poder político y económico
que arrebatarán a los países? ¿Cómo se gestionará la llegada de millones de
personas a las ciudades? ¿Podrán las ciudades de los países en desarrollo
incrementar y mejorar sus infraestructuras y prestar servicios básicos a sus
millonarias poblaciones? ¿Se olvidarán los aspectos sociales para centrarse
únicamente en los económicos? ¿Serán las ciudades lugares para vivir o lugares
para hacer negocios?
Las ciudades son
entidades muy interesantes de estudiar, y pueden llegar a ser grandes centros
de poder. Pero pensar demasiado en economía, política, cifras y datos puede
hacernos olvidar una cosa: la ciudad es un conjunto de personas.
¿Cuáles
son las ciudades globales?
Afectadas por la globalización, las ciudades se han integrado en un
sistema de flujos que abarca todo el planeta. La posición jerárquica de las
ciudades en esta red mundial depende de la actividad económica dominante en
cada urbe. De esta manera, las ciudades industriales han perdido importancia
frente a las que desarrollan actividades de investigación e innovación
tecnológica o concentran servicios avanzados.
Lo que distingue a las ciudades globales no es tanto su tamaño
demográfico o su estatus de capital nacional, sino su poder económico. No todas
las ciudades globales tienen que ser megaciudades, aunque en
la mayor parte de los casos sí que coincide una gran población con un mayor
poder económico y una mayor influencia a nivel global. Zurich, con apenas
un millón de habitantes, es una ciudad global de mayor influencia y estatus
internacional que Karachi (13 millones), Lagos (10 millones) o Calcuta (14
millones).
Lo que la consultora AT Kearney tiene
en cuenta para elaborar el ránking de ciudades globales (el Global City Index) son 25 variables enmarcadas dentro
de cinco grupos:
·
Actividades de
negocios. Este parámetro se mide mediante el número de
sedes de grandes multinacionales, la localización de servicios avanzados, el
valor de los mercados de capital de la ciudad, el número de conferencias
internacionales que tienen lugar al año y el flujo de mercancías a través de
los puertos y aeropuertos. PONDERACIÓN: 30%
·
Capital humano. En este caso se atiende a la calidad de las universidades, a la
capacidad de la ciudad de atraer profesionales, al número de escuelas
internacionales, porcentaje de estudiantes extranjeros, número de residentes
con estudios universitarios… etc. PONDERACIÓN: 30%
·
Intercambio de
información. Se examina cómo circulan las noticias y la
información dentro y fuera de la ciudad. De esta manera se mide la
accesibilidad a los principales canales de noticias y la presencia de internet.
También se mide el número de agencias de información internacionales que están
presentes en la ciudad. ATKearney utiliza además unos indicadores del nivel de
censura informativa y de suscriptores a la banda ancha. PONDERACIÓN: 15%
·
Experiencia
cultural. Para este indicador se atiende al número de
museos y centros culturales que posee la ciudad, además de los eventos
culturales que tienen lugar al año. El número de visitantes extranjeros que
recibe la ciudad y las relaciones con otras ciudades (ciudades hermanas)
también se tienen en cuenta. PONDERACIÓN: 15%
·
Compromiso político. Se mide cómo una ciudad influye en el diálogo político global,
atendiendo al número de embajadas y consulados, así como las instituciones
locales con proyección internacional que hay en la ciudad. PONDERACIÓN: 10%
Mediante la medida de estos cinco indicadores, los analistas de
ATKearney elaboran cada año el Global City Index,
una lista con las ciudades “más globales” del mundo. A la hora de determinar
cuál es más influyente o importante, se tienen más en cuenta las actividades de
negocios (Business activity) que el compromiso
político (Politicalengagement), una muestra más de cómo, en el
mundo actual, la economía tiene más importancia que la política.
Para ser una
ciudad global es indispensable acoger a las sedes de las mayores empresas del
mundo. En una ciudad de alto rango han de localizarse empresas de alto rango.
Aunque pueden ser de cualquier sector, la mayoría de las multinacionales que
encontramos en los flamantes rascacielos de las ciudades globales son empresas
de servicios, del sector financiero y bancario, así como inmobiliarias,
aseguradoras o consultorías. También se encuentran las sedes de multinacionales
del petróleo o del sector del automóvil, pero las que mejor representan el
nuevo modelo económico del desarrollo son las multinacionales del sector
servicios (en especial la de los servicios avanzados).
Junto a las actividades de negocios, el otro indicador que mejor
determina la influencia global de una ciudad (según ATKearney), es el capital
humano. La calidad de las universidades, la presencia de estudiantes
universitarios extranjeros o el número de escuelas internacionales caracterizan
a las grandes ciudades globales. No es casualidad que las principales universidades
del mundo estén, precisamente, en ciudades de alto rango.
Volviendo a hacer hincapié en el concepto de rango, está claro que en estas ciudades globales, que
están en lo más alto de la jerarquía urbana, han de encontrarse las mejores
universidades del mundo. Y no sólo las universidades, sino también los mejores
centros comerciales, las mejores óperas, los mejores palacios de congresos…
etc.
En el TOP 10 de las ciudades globales, las potencias tradicionales
siguen liderando el ránking. De las diez ciudades más influyentes e importantes
del mundo, seis son ciudades europeas y norteamericanas. La creciente
influencia de los países emergentes en la economía mundial se contempla mejor
observando los cambios en la lista completa. La mitad de las ciudades globales
señaladas por la consultora ATKearney son ciudades asiáticas, que hace unos
años no tenían importancia a nivel mundial o eran incluso desconocidas para la
mayoría de la gente, como Guangzhou (China)
o Bangalore (India).
No será tan famosa como Barcelona, París o Londres, pero Guangzhou está
escalando rápidamente los puestos del ranking de ciudades con más influencia en
el mundo. Hace dos décadas apenas era un puerto histórico en el Mar de la China
Meridional y hoy en día es una ciudad moderna, con zonas especiales para
potenciar la economía del conocimiento y la investigación, como la Ciudad de la Ciencia o la Zona para el Desarrollo Tecnológico y Económico. Un ejemplo de cómo en la Periferia del mundo se están dando los
mayores ritmos de crecimiento económico.
Desde hace
varios años, las “ciudades globales” por excelencia son Tokio, Londres, Nueva
York, París y Hong Kong. La importancia de estas ciudades viene de que en
ellas están presentes instituciones, organizaciones, empresas y profesionales
de alto rango, que deciden y gestionan cómo se organiza la economía mundial.
Las ciudades
globales se caracterizan por una alta concentración de sedes centrales de
empresas multinacionales, de instituciones internacionales y por la existencia
de servicios muy especializados (en banca, finanzas, seguros, servicios
avanzados…). Todo ello queda reflejado en un espacio determinado y
característico también de las ciudades más modernas: la zona de negocios, el
central businessdistrict (CBD).
El corazón de la ciudad global: el
central businessdistrict
Los llamados “artefactos de la globalización” (De Mattos, 1999) son
aquellos elementos del paisaje urbano que dotan a una ciudad de un estatus
alto. Una ciudad global requiere infraestructuras avanzadas y de alto rango.
Centros empresariales, edificios emblemáticos de grandes empresas, espacios
para exposiciones y congresos internacionales, centros comerciales como malls, hoteles de lujo, grandes aeropuertos, espacios
residenciales protegidos (condominios cerrados), apartamentos de lujo,
rascacielos… Todos estos componentes hacen que una ciudad adquiera un estatus
de alto nivel, por ello todas las ciudades globales recogen este tipo de
elementos para configurar su paisaje urbano.
De entre todos estos “artefactos de la globalización” de los que hablaba
De Mattos, el que mejor simboliza la integración de las ciudades en el espacio
de los flujos económicos globales es sin duda alguna el central businessdistrict (CBD), el centro de
negocios. Como hemos señalado, es indispensable acoger a las sedes centrales de
las grandes multinacionales para ser considerada una ciudad global, y no hay
mejor lugar para colocar una sede de una gran empresa que en un moderno
rascacielos.
Los CBD se diferencian del resto de la ciudad a primera vista. Basta con
echar un vistazo al skyline de una
ciudad para diferenciar el centro de negocios. Es sencillo localizarlo en el
caso de París, si uno sube a lo alto de la Torre Eiffel. Lo primero que le
sorprenderá será el relieve de los rascacielos de La Défense. También es
destacado el complejo del MIBC (Moscow International Business
Center), en la capital rusa. Otros CBD importantes
son CanaryWharf en Londres, Lower Manhattan en Nueva York, o las Cuatro Torres Business Area (CTBA) en Madrid.
El
businessdistrict no sólo concentra oficinas, sino que incluye igualmente malls
(centros comerciales) de lujo, instalaciones de ocio relacionadas con el
deporte (piscinas, pistas de tenis…) o incluso salas de espectáculos y de cine,
así como cada vez más hoteles y palacios de congresos y de exposiciones.
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